La pedagogía en elegancia

Muchísimos adjetivos podemos decir de Max.... Pero uno que mejor le define, era su elegancia; en el vestir, en el trato con los chavales, con sus compañeros y con las familias y antiguos alumnos. Todos coinciden.

Un adjetivo que “Máximus” lo hacía simple pero significativo, que mostraba confianza, seguridad, inteligencia y autenticidad, y lo adquiría con la práctica y con el buen hacer. Elegante en el saber ser y saber estar.

Desde que llegó a La Farga, en Septiembre de 1976, fue trabajando y formándose cada vez más: en el aula, en las tutorías , en sus equipos de trabajo, en sus encargos  de coordinación, en las relaciones  con sus compañeros, en sus conferencias por media España, en sus mediaciones familiares, en Temps de Família, en el Fert, en sus catequesis de la parroquia, en el golf y ¡cómo no! con su familia y con sus amigos.

Hizo que su estilo elegante formara parte de su y como dijo San Josemaría: “Dejó poso”.

Gracias Max por tu gran aportación a La Farga 

Hasta siempre…tus compañeros