CARTA DEL NIÑO JESÚS

A los niños y a sus familias

Querido N.:

¡Qué ganas tenía de venir a la Tierra para conocerte y ser tu Amigo! Aunque en el Cielo todo es felicidad, para Mí estar contigo y tu familia es muy importante.

Te contaré cómo fue mi primera Navidad, porque cada año vuelvo a nacer en el corazón de la gente que sabe querer.

Mi primera cuna fueron los brazos de mi Madre: todo cariño y amor, como san José. Sus corazones parecen el Cielo en la Tierra. Aman tanto, a Dios y a todos, que son felices y hacen felices a todos. Espero que mi segunda cuna sea tu corazón.

Nací en un sitio pobre y frío, pero en la mejor familia. Es la única vez que he elegido lo mejor para Mí. No te enfades. A ti también te he regalado una familia maravillosa. Y si queréis, podéis formar parte de mi familia: tratando a María y a José como padres y a Mí como hermano. Nuestro hogar de Nazaret es para todos: paz, alegría, limpieza, cariño y un ambiente acogedor.

Desde que nací hasta que llegaron los Reyes Magos pasó mucho tiempo. Vamos, que se puede vivir sin oro, incienso y mirra. Unos pastores trajeron queso y ropa, pero Yo no necesito nada. Lo que hace feliz es la gente, no los regalos. Y el mejor regalo son papá, mamá, los abuelos, los hermanos, los amigos, el perro, la tortuga y las plantas.

La felicidad no se puede comprar en una tienda. Herodes tenía un palacio y no era feliz. Serás feliz si aprendes a amar. Te enseñarán tus padres, que han recibido este encargo de Dios. Amar es sonreír cansado, ayudar en todo, escuchar, o estudiar sin ganas. Y esto se aprende, como las matemáticas o el inglés.

Como nací en Navidad, es el día de mi cumpleaños. Cada año la Virgen, san José y mis amigos de todo el mundo me felicitan. Algún despistado confunde la Navidad con las vacaciones de verano y solo piensa en comprar y gastar, pero acaba solo y enfadado… hasta que le recuerdo que el regalo soy Yo.

Espero que me presentes a tus amigos. ¿Tienes muchos? ¿rezan, van a misa, bendicen la mesa? ¿dan gracias a Dios por todo lo que han recibido: vida, salud, fe, familia, cualidades?

Un secreto: la sonrisa es la distancia más corta entre dos personas. Si me sonríes como Yo te sonrío, el Cielo y la Tierra se unirán en nuestra amistad. Cuando te veo alegre estoy contento, pero si te veo triste me quedo preocupado. Cuéntame tus problemas y te daré la paz del Cielo.

¿Sabías que no me gusta el fútbol? Lo que me gusta es verte jugar a ti. A Mí lo que me encanta es jugar al escondite. A ver si me descubres. Yo me escondo detrás de tus padres y de los demás. Cuando te piden ayuda, soy Yo quien te pide ese favor. Estoy muy cerca, no lo olvides.

Estos días te espero en el pesebre. Imagínate que eres un pastor, uno de los Reyes, un ángel o la estrella. ¿Qué me dirías? ¿qué regalo me darías?

La Navidad la pasaré en el sagrario. Espero que vengas a visitarme con tu familia los domingos y los días señalados: Navidad (25.12), Madre de Dios (1.1) y Reyes (6.1).

Este año te pido como regalo tu alegría. Es un regalo, porque no se puede comprar. Se la das a quien quieres. Pues te pido que se la des a los que más te quieren, que son tus padres y abuelos y toda tu familia. Si sonríes, a pesar del cansancio, les harás felices y me recordarás mi primera Navidad.

Y no te olvides de los pobres, que Yo nací pobre. Regala uno de tus regalos a un pobre. Es el regalo que te hará más feliz. Y te lo encontrarás en el Cielo convertido en un tesoro de eternidad.

¿Sabes cómo funciona Correos del Cielo? Compras un turrón, se lo das a un pobre y me llega a Mí al Cielo. Recuerda que juego al escondite.

En tu carta a los Reyes pide también cosas para tus hermanos y familiares. ¿Sabes lo que les gusta, o no? Y reza para que sean felices.

Para Mí el mejor regalo eres tú, es tu corazón. Que me visites en la iglesia, que hablemos en la oración, que hagamos las paces en la confesión, que me ayudes a cuidar a los necesitados.

¡Qué alegría verte! ¿Estás contento? ¿ayudas a tus padres? ¿eres amigo de todos? ¿estudias con intensidad? ¿hablas con la Virgen, san José y tu ángel custodio? ¿haces cosas por los demás?

Encontrar mi casa en Belén, en Egipto o en Nazaret es muy fácil. La ilumina la alegría, la calienta el cariño, huele a espíritu de servicio, y brilla por el perdón. Oirás la inconfundible conversación animada entre María, José y Yo. Esperamos a toda tu familia.

Volveré a escribirte. Espero tu carta. Pero lo mejor es que hablemos, siempre que quieras. Di mi nombre y te escucho. Y ojalá sepas reconocer mi voz, en tus buenos deseos. Recuerda… juego al escondite.

Recuerdos de Dios Padre, del Espíritu Santo, de la Virgen, de san José, de los ángeles y de los santos del Cielo. Esto está lleno de gente buena y divertida. Y de música celestial y de fiestas. Somos una Familia y os esperamos a todos.

Acuérdate de dar un beso a tus padres de mi parte.

Navidad, 2020.


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