Entrevista al alumni Víctor Draper

1.- Fuiste alumno de La Farga desde 1º EGB hasta COU, explícanos lo mejor recuerdo que tienes de aquella época.

El hecho de tener que hacer el trayecto diario de Barcelona a Mira-sol en el tren con los compañeros, ya era toda una aventura sobre todo para un niño de seis años. La estancia en la escuela no era nada más que continuar disfrutando de la aventura y de los amigos. Más adelante en cursos superiores, sinceramente, no había otro plan mejor que ir a la escuela cada día para disfrutar con los compañeros de los ratos que pasábamos juntos y de los partidos de fútbol. La convivencia con los compañeros y los profesores es el mejor recuerdo que guardo.

2.-¿Cómo crees que te ayudó la escuela y tus profesores, en la época de estudiante de La Farga?

Puede darse el caso que la percepción general de un alumno anverso a un profesor sea lo de una persona distante o poco accesible. Pues en el caso de La Farga, por mí fue todo el contrario, especialmente con los tutores. Siempre dispuse de su tiempo cuando me había que resolver cualquier cosa, tan relacionada con los estudios como título personal. Sin ningún tipo de duda la proximidad del profesorado es lo más agradecido y el que me ayudó más.

3.- ¿Cuándo te graduaste, qué te llevaste de la escuela (valores, lecciones, algo que aprendiste) que te ayudó los años posteriores?

Dicen que los valores de cada cual es aquello que no cambia cuando todo cambia. El hecho de haber estado rodeado cada día de valores como el respeto, el compañerismo o la amabilidad ha hecho que para mí, se convierten en hábitos de mi vida diaria. Tanto era si estaba en La Farga, en la Universidad, en el  trabajo o en la Familia. Son valores adquiridos que forjan las personas y que en mi caso estoy especialmente orgulloso, sabedor que además de mis padres estos valores los reconozco como propio gracias a La Farga. Dijéramos que es lo conocido como: Orgullo Farguero.

4.- Muchos alumnos tienen un recuerdo especial de un profesor en particular, que los marcó durante su etapa de estudiante. En tu caso, ¿quién crees que tuvo un impacto en tu vida y por qué?

El Sr. Adam, Mn. Pere, el Sr. Serra, el otro Sr. Serra, el Sr. Muñoz, el Sr. Terrades, el DeKas. Todos sin excepción significaron mucho. Pero recuerdo especialmente 3 personas maravillosas que no quiero dejar de mencionarlas.

En primer lugar, la Sra. Lola, era la "madre" de todos en el colegio. Recuerdo aquellas cucharadas de macarrones extra cuando pasábamos por la barra y le decíamos: "¿puedo un poquito más?".

En segundo lugar, Pepe Rodríguez. Todo serio, pero a la vez tan divertido cuando íbamos de campamentos a Rocacorba.

Y por último Max Galdeano, que no solo fue mi tutor de 1.º y 2.º de EGB, sino que también lo fue de mi hijo mayor en 1.º y 2.º de Primaria. Lo recuerdo con especial aprecio, cuando hicimos los campamentos de mi hijo y explicaba a todos los otros padres del campamento que yo había sido su alumno.

Bien seguro que todos ellos nos guardan e interceden por todos desde el Cielo.

5.- Desde tu experiencia personal y tu punto de vista, ¿qué crees que hace a La Farga diferente a cualquier otra escuela? 

La Farga es una escuela de familias. Me doy cuenta ahora como padre, pero sobre todo me doy cuenta cuando nuevas familias que no conocen La Farga, ven el que esto significa y valoran lo que representa para sus hijos. Por las reuniones habituales de familias los fines de semana, por los campamentos de Padres e hijos, por las tutorías con los profesores, por las formaciones y charlas que ofrece la escuela a las familias y por tantas otras cosas que hacen La Farga es una escuela diferente. Somos una escuela que damos una importancia capital y preferente a la Familia.

6.- Si tuvieras que dar un consejo a Víctor Draper de hace unos años, ¿qué le dirías cuando estaba a La Farga?

Le diría que disfrute de la vida haciendo felices a los otros, porque resulta intensamente gratificante cuidar, acompañar, ayudar y querer a quién más lo necesita y especialmente a los que tenemos más cerca: la Familia. Cómo decía la Madre Teresa de Calculta: "El amor empieza en casa, y no es en lo que hacemos... sino cuanto amor ponemos en todo aquello que hacemos."