Víctor, para ti La Farga debe ser muy especial porque desde hace unos años eres profesor de Primaria. ¿Qué recuerdos te trae La Farga?
Pasar del pupitre a la mesa del profesor, es siempre algo especial, pero, lo es más aún, cuando lo haces en el colegio que te ha visto crecer. En las mismas aulas, donde curso tras curso, me iba formando como persona.
No es sencillo seleccionar un recuerdo de entre los muchos que surgieron a lo largo de los doce años de escolaridad.
Pero si tuviera que quedarme con alguno sería el acto de graduación, de entrega de la beca. Fue un momento especialmente emotivo, donde culminava todo el esfuerzo y dedicación que toda la comunidad educativa tuvo hacia nosotros, y que siempre les estaremos agradecidos.
¿Qué valores crees que son importantes a la hora de trabajar y que se transmiten en La Farga?
Siempre me ha gustado más hablar de virtudes. Y es que en La Farga se transmiten, ¡y muchas! Des del esfuerzo en los pequeños detalles de lo ordinario, la perseverancia en el trabajo bien hecho, el compañerismo en clase y con las otras clases... ¡Somos un equipo!
Han pasado ya muchos años desde que acabaste La Farga como estudiante, ¿sigues en contacto con tus compañeros de promoción?
¡Por supuesto! Y aunque los encuentros de promoción son puntuales, el grupo de WhatsApp está siempre en constante ebullición con las últimas novedades de la promoción. Este curso, nos toca reunirnos después de 15 años de dejar el colegio... ¡Y ponernos al día entre todos!
¿Cómo definirías la amistad entre dos fargueros?
Simplemente fiel y duradera.
A pesar del transcurso del tiempo, sigue ocupándose y preocupándose el uno del otro.
Aunque las circunstancias familiares, personales o de residencia limiten el contacto, siempre hay tiempo para interesarse por el otro, mandando felicitaciones, buenos deseos, o por desgracia, un pésame.
¡La amistad forjada entre fargueros, perdura por siempre!
