El programa comenzó con una cálida bienvenida por parte de Mr. Poolman, coordinador del intercambio, quien guió a los estudiantes por las instalaciones del campus y les introdujo en la dinámica escolar. Nuestros alumnos participaron en clases como Historia, Programación, Teatro y Álgebra, destacando por su implicación y capacidad de adaptación. También descubrieron la vida en el campus, desde el comedor hasta la diversidad de clubes estudiantiles, y asistieron a una competición de poesía, donde fueron presentados ante todo el alumnado y profesorado.
Durante los días siguientes, las actividades fueron más allá de las aulas: desde una visita al centro histórico de Filadelfia hasta la impresionante skyline de la ciudad. Los alumnos disfrutaron de lugares emblemáticos como la Campana de la Libertad, las escaleras de Rocky y los partidos de deportes locales, creando conexiones culturales y sociales con otros estudiantes, incluidas las compañeras de La Vall.
El fin de semana fue mágico con una excursión a Nueva York. Nuestros alumnos pasearon por la 5ª Avenida, disfrutaron de Times Square, exploraron la High Line y Chinatown, y asistieron al musical SIX, una experiencia vibrante y única. Las vistas desde el Summit y los paseos por lugares icónicos como Battery Park, Wall Street y el memorial de las Torres Gemelas dejaron una huella imborrable.
Además, participaron activamente en la vida escolar de Haverford: liderando grupos de conversación en clases de español, trabajando con alumnos de Middle School y colaborando en actividades de clubes. También aprendieron bailes como salsa y bachata, haciendo del intercambio una experiencia rica tanto a nivel académico como cultural.
Los últimos días se dedicaron a reforzar el intercambio cultural con presentaciones sobre La Farga y la cultura catalana, respondiendo a las curiosas preguntas de sus compañeros norteamericanos. La experiencia culminó con un encuentro especial con las familias anfitrionas y una noche de convivencia que puso el broche final a una vivencia transformadora.
Este intercambio ha sido mucho más que un viaje: ha sido una oportunidad para crecer como personas, desarrollar competencias globales y comprender mejor el mundo que nos rodea. Sin duda, una experiencia que recordarán toda la vida.