Jordi Puigbó, alumni de La Farga: “Los valores y la formación integral nos marcan para toda la vida”

Jordi, de la promoción 17, se graduó hace 32 años en La Farga.

Jordi Puigbó, de la promoción 17, se graduó hace 32 años en La Farga. Desde entonces, ha construido una sólida carrera en el sector del papel y el embalaje, además de emprender su propio negocio. Casado y padre de un alumno del colegio, nos comparte su visión sobre la educación, la amistad entre fargueros y las mejoras que propone para el futuro de La Farga.

Una trayectoria profesional con valores

Tras estudiar Ingeniería Industrial en la Escuela de Ingenieros de Terrassa, Jordi se especializó en el sector papelero y gráfico. Su experiencia laboral siempre ha estado ligada a las operaciones en empresas fabricantes de papel y embalaje. “He intentado mejorar cada día”, comenta. Un punto de inflexión en su carrera fue realizar un MBA, que le permitió ampliar su visión empresarial más allá del perfil técnico. Gracias a ello, pudo emprender su propio negocio, algo que le aporta “una satisfacción plena… y no menos dolores de cabeza”, bromea.


Una familia con raíces en La Farga


Casado con Jessica, también ingeniera, Jordi destaca la importancia de los valores cristianos en su hogar. “Dios no ha querido que nuestra familia sea más extensa, pero nos sentimos plenamente felices con la unión y los valores que nos sostienen”, comparte. Ver a su hijo crecer en La Farga le hace recordar su propia etapa escolar y reafirmarse en la importancia de una educación integral: “Este ‘sello’ de valores y educación nos impregna a todos los alumnos”.


La educación diferenciada como medio, no como fin.


A pesar de la creciente oferta educativa en Sant Cugat y de los cuestionamientos sobre la educación diferenciada, Jordi tuvo claro que su hijo debía estudiar en La Farga. “La formación integral que ofrece el colegio no se encuentra en otros centros”, asegura. Más allá de la excelencia académica, resalta la formación humana y cristiana como clave para el desarrollo personal de los alumnos.


Sobre la educación diferenciada, Jordi la define como un “medio” que permite a los alumnos crecer en un entorno adecuado a cada etapa de su desarrollo. “Los chicos en La Farga son felices, comprometidos y responsables”, añade. Además, destaca cómo la formación integral del colegio es valorada en el mundo laboral: “Mi antiguo jefe me decía: ‘Tú, Jordi, no eres el ingeniero técnicamente más brillante… pero tu forma de tratar a tu equipo, tu saber estar y tu seriedad hacen que seas el trabajador que más valoro’”.


La amistad entre fargueros: unión para toda la vida.


Jordi reconoce que mantener amistades a lo largo de los años no siempre es fácil, pero destaca que entre los alumni de La Farga hay un fuerte sentido de comunidad. “Ante cualquier adversidad, un farguero siempre está dispuesto a ayudar a otro farguero”, afirma. Además, la coincidencia en valores y visión de la vida facilita que los lazos se mantengan, aunque el tiempo pase.


Propuestas para el futuro de La Farga


Si pudiera mejorar algún aspecto del colegio, Jordi apostaría por fomentar una visión global del mundo en la educación:

Programas de intercambio con otros colegios y estancias en el extranjero para mejorar idiomas, autonomía y responsabilidad.

Potenciar la innovación y la creatividad desde edades tempranas.

Apostar aún más por el deporte como herramienta educativa, mejorando las instalaciones deportivas para fortalecer el sentimiento de equipo.


¿Cena de promoción? ¡Cuando queráis!


Jordi cierra la entrevista con un guiño a sus compañeros de promoción: “Pon la fecha y nos apuntamos. ¡Hace tiempo que no nos vemos y sería genial compartir una cena y recordar ‘batallitas’!”

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