La cuaresma: un viaje de regreso a Dios

El Papa Francisco nos ayuda a concretar este camino con unas orientaciones que ahora presentamos.

El pasado 17 de febrero fue el miércoles de ceniza. Es uno de los días del año donde se nota una gran afluencia a la Misa fuera de lo común. Ese miércoles da comienzo la Cuaresma. Con el rito de la imposición de la ceniza empieza un tiempo de conversión, de penitencia y purificación. Se podría pensar que no es nada atractivo todo esto, sin embargo, esto no es lo que vemos, todos anhelamos algo más para nuestros corazones: amor, perdón, comprensión, tranquilidad, paz…

En la  homilía del miércoles de ceniza el Papa Francisco predicó sobre la necesidad de escuchar "la invitación que nace del corazón de Dios, que con los brazos abiertos y los ojos llenos de nostalgia nos suplica: Vuelvan a mí con todo corazón (Jl 2,12). Vuelvan a mí. La cuaresma es un viaje de regreso a Dios.  (...)  Es el tiempo para verificar las sendas que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa, para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo. (...) Este es el centro de la cuaresma: hacia dónde está orientado mi corazón".

No es fácil saber hacia donde está orientado nuestro corazón, por este motivo, Francisco propuso las siguientes preguntas:

"¿Hacia dónde me lleva el navegador de mi vida, hacia Dios o hacia mi yo? ¿Vivo para agradar al Señor, o para ser visto, alabado, preferido, al primer lugar? ¿Tengo un corazón bailarín, que da un paso hacia adelante y uno hacia atrás, ama un poco al Señor y un poco al mundo, o un corazón firme en Dios? ¿Me siento a gusto con mis hipocresías, o lucho por liberar el corazón de la doblez y la falsedad que lo encadenan?".

El Papa quiso ayudarnos a concretar este camino de regreso a Dios con las siguientes orientaciones, consejos, pistas que ahora presentamos de formar resumida:

-   Leer y meditar la parábola del hijo pródigo: el perdón de Dios, la confesión, es el primer paso de nuestro viaje de regreso. El Sacramento de la Reconciliación es también la intención de la oración del Papa en este mes de marzo.

-  Después necesitamos volver a Jesús, hacer como aquel leproso sanado que volvió a agradecerle: Diez fueron curados, pero sólo él fue también salvado, porque volvió a Jesús (cf. Lc 17,12-19).

- El camino no se basa en nuestras fuerzas, es necesario dejarse tomar de la mano. Este es el camino justo, el camino de la humildad. ¿yo me siento necesitado o me siento suficiente?

- En este camino, para no perder la dirección, pongámonos ante la cruz de Jesús: s la cátedra silenciosa de Dios. Allí volveremos a encontrar la alegría de ser amados.

Finalmente, el Papa Francisco señalo en el tradicional mensaje de cuaresma que este viaje de regreso a Dios nos convertirá, si recibimos el amor de Dios, en hermanos y hermanas en Cristo.

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